- Yo te prometo un para siempre, ¿y tú?
+ Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos...
- Pero aunque te odie, si me necesitas iré.
+ No lo creo, si me odias no me querrás ver.
- Pues cerraré los ojos.
+ Tampoco me querrás oír.
- ¡Pues no te dejaré hablar!
+ ¿Entonces?
- Te abrazaré y te diré "¿Te acuerdas de aquella tarde que te prometí un para siempre? Lo decía en serio".
+ Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos acabar odiándonos...
- Pero aunque te odie, si me necesitas iré.
+ No lo creo, si me odias no me querrás ver.
- Pues cerraré los ojos.
+ Tampoco me querrás oír.
- ¡Pues no te dejaré hablar!
+ ¿Entonces?
- Te abrazaré y te diré "¿Te acuerdas de aquella tarde que te prometí un para siempre? Lo decía en serio".